domingo, 28 de junio de 2009

Fui a playas con mi familia -sólo faltó mi padre, ¡qué novedad!-. Fue bastante agradable. Después de caminar un buen tramo entre las olas de mar y gente, me senté a leer un libro de Gabriel Zaid que se llama Leer poesía. Hay una sección la cual captó mi atención porque se les preguntó a estudiantes y maestros de letras qué pensaban o veían al leer el siguiente verso:

Un gato cruza el puente de la luna

Imaginé en lontananza un gato negro -que más bien parecía una pantera al acecho- caminando por algún umbral de un solitario y decaído barrio cuando de pronto un rayo lunar caía sobre su lomo erizado. Esa luz se convertía en un espectro luminoso por el cual el gato empezaba a trepar a brincos hacia la luna -algo así como un arcoiris que se tendía cual puente en medio de la noche-. Y paulatinamente el gato se iba perdiendo entre las estrellas.

Ahora estoy confundido. Si cada lector recrea al poema ¿por qué dice Zaid que las interpretaciones de los maestros y estudiantes confirman que estos no saben leer poesía? Mi interpretación, aunque diferente a la de los encuestados, no tuvo nada de trascendental o siquiera se acerca a la respuesta propuesta por José de la Colina -la cual me resulta bastante lógica e incluso acertada-:

-Dos tejados se perfilan contra el disco de luz de la luna, y el gato, o los gatos, al saltar de un tejado a otro, cruzan esa blancura, o la saltan, como usándola de puente.

¿La conclusión sería entonces que no sé ni putas de poesía? Cada vez me siento más perdido en este tema...

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