- Recuerdo que alguna vez en clase me han dicho: '¡guarda silencio!'. Como nunca me gustó importunar a la clase con indisciplina, al instante me ponía a platicar con todo mundo y hacer toda cantidad de ruidos posibles, de esta manera yo guardaba el silencio y sacaba su opuesto. Después entendí que lo que quería decir mi querida maestra era 'guarda ruido y saca silencio' y no viceversa.
- Al contestar el teléfono es común escuchar la siguiente frase: '¿se encuentra Fulanita?', lo cual siempre me consterna un poco, si no te puedes encontrar entonces tienes serios problemas. Como soy un buen samaritano contesto: 'vaya, pues, no lo sé, déjame averiguar, eh, ¿Fulatina, te encuentras?, a ver, déjame ayudarte, estira tu brazo preferido hacia enfrente y con la palma hacia el techo quiero que, haciendo uso de la coyuntura de tu brazo, lo flexiones como es natural -¡no le puedo decir "flexiónala hacia ti" porque no sabe dónde está!- e intenta ubicar tu rostro, ¿lo has conseguido?, bien, ¡allí estás!" Con el tiempo he aprendido que el tener un espejo de bolsillo a la mano puede evitar tanta instrucción.
- '¿Me podría comunicar con Bencéfalo?' Esta gente se piensa que uno es algún tipo de terapeuta que puede ayudarle con su ineptitud verbal, 'déjeme decirle que los pedos que usted tenga con el mentado Bencéfalo son precisamente SUS pedos. Aprenda a ser más sensato si quiere entablar conversación con él'. Quizás el llamador podría haber empezado su llamada con un '¿me podría pasar a Bencéfalo', pero lo más probable es que algún chistosito diría que eso viola las leyes de la física. Igual podría decir '¿podría pasarle el auricular al licenciado Bencéfalo?' pero eso ya sería pasarse de tetilla masculina y, además, todos sabemos que sólo se lo 'pasarían' y no se lo 'darían'.
viernes, 5 de febrero de 2010
Mixy Ónes (I)
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