domingo, 6 de diciembre de 2009

En un baile de disfraces, todos se disponen a bailar el vals y yo buscándote. Te perdiste entre la muchedumbre. ¡No tengo pareja! Te busco y te busco y no te puedo encontrar. ¡Debo bailar! No te puedo encontrar. Y sólo queda una mujer, y bailo con ella, sin ganas, mis ojos desorbitados hacia el balcón que tras el marco de la ventana mostraba por el ombligo las entrañas del universo.

La playa por la noche, otra vez buscándote entre todos los universitarios que han asistido. Busco el reflejo de tus anteojos, el contorno de tus labios rojos y abultados, tu cabellera ondulada. Ando por el malecón y me agacho para recoger cierto objeto y una chica me agarra del hombro y salta por encima de mi cabeza. Recuerdo unos versos:

‹‹tu largo pelo rojizo/relámpago del verano/vibra con dulce violencia/en la espalda de la noche››

La veo que se va muy parsimoniosa y la maldigo entre susurros.

Al final me siento cual manco por no haberte visto en mis sueños y ni sé qué traigo en la mano...