sábado, 27 de febrero de 2010

Dios siempre presente en mi pensamiento...

Creo que esa asquerosa verborrea de “Dios bendiga a América” por fin surtió efecto, sino cómo podríamos explicar que les esté cargando el payaso a Haití y Chile. Sueño dorado del país vecino: adiós negros, adiós latinos. Como Dios ya escogió su favorito porque siempre escoge a quien más le besa los pies es de esperarse algún evento climático trascendente pronto en Medio Oriente, Korea, Rusia, Japón, China y posiblemente Francia, simplemente por ser tan... Franceses.
¿Será anticristiano no emocionarse por estos desastres? Me hago esta pregunta porque me considero un buen cristiano: me gusta el sufrimiento ajeno y jactarme de que siempre tengo la razón.  Digo, si Dios controla a la naturaleza entonces Él metió su sagrada cucharota, y, por ende, esto ha de ser parte de su Plan Divino.  Como sabemos, Dios jamás se equivoca, para darnos cuenta de ello sólo tenemos que observar lo civilizada y equilibrada que es la humanidad. Diosito lo tiene todo calculado, sin margen de error alguno claro está.
Bueno, disculpen, a veces tiendo a divagar acerca de los misteriosos caminos del Señor. Mi propósito no es cuestionar lo que me dice Mamá Iglesia ¡jamás!, yo como buen siervo con complejo de mujer subyugada, le temo a mi Señor porque me ama y también abusa física y psicológicamente de mí... Pero... ¡Me ama!. Lo cual me recuerda, querer ser como Jesús... ¿No es blasfemia? ¿Dónde está la humildad? Querer ser como el hijo del Todoponderoso me parece un poquito ambicioso...
En fin, todo esto fue una excusa para decir: me caes bien, Dios, por cábula, cínico y voyerista.