martes, 30 de junio de 2009

El vejete Carlin

La semana pasada -el veintidós de junio para ser más exacto- fue el primer aniversario luctuoso de George Carlin, una persona cuyas ideas han significado mucho para mí. Él forma parte de mi tríada de héroes -los otros dos son Octavio Paz y David Gilmour-. He aquí un breve remedo de reseña sobre este personaje:

George Denis Patrick Carlin nació el doce de mayo del año mil novecientos treinta y siete en la ciudad de Nueva York. Autoproclamado entertainer, Carlin formó parte de la trinidad de la comedia stand-up estadounidense junto con Richard Pryor y Lenny Bruce. Su estilo cínico, crítico, sardónico e irónico -vaya pues, el viejo era un sátiro soberbio al grado que se me olvida que haya sido un cocainómano y alcohólico- además de su ingenioso análisis de la lengua inglesa -una de sus pasiones-, le ganaron muchos fans y todavía más enemigos. Desde muy joven mostró excelentes habilidades verbales y un apego hacia lo chusco.
Su carrera empezó contando chistes blancos y haciendo imitaciones -un tanto sosas para nuestros tiempos- en clubes nocturnos. Eventualmente se dio cuenta que eso no era lo suyo pues su rutina sólo atraía a la clase media-alta entre los treinta y cincuenta años. Desde entonces dejó de ser políticamente correcto, cambió su vestimenta clásica de comediante -tuxedo, cabello corto y lustroso además de la barba y bigote a ras de piel- a un aspecto desaliñado -liberal dirían- y empezó a presentarse en universidades.



Para los años setenta, Carlin pondría en marcha un proyecto que le ganaría una demanda por parte de la Federal Communication Commission -la cual ganaría y por igual incrementó su popularidad- llamado Siete palabras que jamás puedes decir en la televisión:

Shit, Piss, Fuck, Cunt, Cocksucker, Motherfucker, and Tits. Those are the heavy seven. Those are the ones that'll infect your soul, curve your spine and keep the country from winning the war.

-George Carlin, Class Clown, "Seven Words You Can Never Say on Television"

Como podrán notar, omitió palabras parcialmente sucias como bitch y ass, pues él sólo estaba interesado en las que fueran obscenas todo el tiempo. Carlin solía decir que las palabras eran neutrales y nosotros eramos los que les dabamos connotaciones peyorativas:

The word fuck used to mean to hit, to smite (...) we're the ones that fucked it up!
-George Carlin, Again!, "Dirty words"

Carlin siguió cosechando éxitos, produciendo veinticinco discos -cinco de ellos de oro si mal no recuerdo-, catorce especiales en HBO, cinco libros con material de sus presentaciones y material inédito -When will Jesus bring the porkchops?, Braindroppings y Napal & Silly Putty fueron best sellers- e incluso tuvo su propio show. Entre sus otras incursiones están el haber sido actor -Bill & Ted's Excellent Adventure, Scary Movie 3, The Prince of Tides, Dogma, Jersey Girl, entre otras-, disc jokey, suplente de anfitrión del famoso Tonight Show en la era de Johnny Carson, actor de doblaje -Cars, Tarzan II, Thomas the Tank Engine and Friends- y el primer anfitrión de Saturday Night Live.

Una de sus rutinas más brillantes -y de mis favoritas- es, sin duda, su descomposición, omisión y sintetización de los diez mandamientos. Carlin se pregunta por qué son diez, a lo cual se contesta que se escogió esta cifra porque fue una decisión de mercadotecnía ya que -y le doy la razón- este número satisface psicológicamente -los diez más vendidos, los diez más buscados, los diez mejor vestidos, etcétera-. Posteriormente repasa cada uno de los mandamientos suprimiéndolos o sintetizándolos hasta quedar con dos mandamientos que mantienen de alguna manera la integridad de los diez. Al final, Carlin propone un mandamiento adicional: Thou shalt keep thy religion to thyself .



Su crítica social hacia la cultura norteamericana siempre dio en el clavo, aquí está un ejemplo y su traducción:




Este país fue fundado bajo una doble moral muy básica: todos somos creados iguales. ¡Sí, como no! Excepto los indios, los negros y las mujeres, ¿no? La esclavitud no fue abolida sino hasta casi cien años después que se declarara la independencia contra el Reino Unido. Un grupo de patrones de esclavos, que deseaban ser libres... ¿Estoy en lo cierto? Qué absurdo. Lo que hicieron fue matar a un montón de ingleses blancos, para seguir poseyendo a sus esclavos negros, para luego exterminar a los indios pielesrrojas, robarle territorio a los mexicanos marroncitos y finalmente tener un lugar de donde lanzar bombas sobre los japoneses amarillentos. El lema de este país debería de ser: '¡Danos un color y nosotros lo chingamos!'

-George Carlin, What am I doing in New Jersey?, "We like war"

Su avanzada edad y su enfermo corazón -sobrevivió a dos paros cardíacos, el tercero fue el que terminó con su vida-, no lo detuvo jamás e incluso se burlaba de la muerte, el cielo y el infierno:


Y podría seguir dando más evidencia de por qué George Carlin es de admirarse y que hace falta gente como él. No sólo te hacía reir sino que tácitamente te decía: infórmate, piensa por ti mismo y forma tus propias opiniones. Ésa fue la mejor enseñanza que me dejó este viejo cascarrabias.